En el año de nuestro señor de 1974, en una humilde morada. Se respiraba felicidad, alegría que se traducían en las maravillosas palabras de mi madre….
-giiinnnnggggg … otra p…ta contracción… buuffff… Juaaannn has vestido a la niñaaaaaingg buf buf buf…. que se tiene que quedar con la abuelaaa…
-Uummm.. Mónicaaaa ven aquí ahora mismo,… Mónica deja a al perra en paz… que te pares trae un brazo,.. pero de donde ha salido..joerrr otra vez noooooo. – ni que decir que era ya la tercera vez que mi padre intentaba vestir a mi hermana mayor y está pues como que no estaba por la labor.
-Te lo juro la próxima vez te la haces un nuuuiiiinngggg buf bur un nudo.
Después de que mi padre anduviese un rato como un pollo descabezado por casa buscando unas cosas y otras por fin salieron rumbo al hospital. Así como que el reloj marcaba las 6 de la tarde(no puedo decir las 18 horas porque esa expresión no se había inventado todavía jajaja). Entre maravillosas palabras de júbilo de mi madre – Te matoooo cab…iiinnggg (otra contracción). No me vuelves a tocar un peeelooo – y mi padre centrado por completo en el parto. – uumm que no se me olvide que esta noche hay película de dos rombos del inspector malone, uy! creo que me deje el grifo del baño abierto… aaahh no que lo cerré…- Nací yo. Todo hay que decirlo no lo hice hasta bien pasadas las 3 de la madrugada. Todo tiene una explicación yo estaba muy agustito dentro y para que iba a salir.. además soplaba viento sur que no tiene nada que ver pero es un detalle que seguro a alguien le interesa. Pero volviendo al momento del parto, creo que la comadrona que gritaba todo el rato – Deeeejeeenme amiiiii yo lo saaaaacoooo … yo solaaa esto es la guerra. – lo médicos sujetando a dicha comadrona que se había atado a la cabeza una cinta roja y pintado unas muescas en la cara de color negro. Pues como comprenderán viendo ese panorama pues no me apetecía salir mucho. Vino un negociador, para negociar las condiciones de mi salida al exterior, un notario para dar fe de lo que pasaba en la sala; un juez que pasaba por allí y como vio jaleo pues se quedo indicando que si nacer era legal en esos términos de negociados. Un policía que se puso a regular el tráfico de la sala de partos y alguien que no hacía mas que decir “Y dos huevos duros”. Vamos solo faltaba el apuntador que estaba distraído haciendo crucigramas. Entre tanto revuelo encima me gane un castigo por nacer sin avisar antes a mi madre de que había nacido. Pero todo ello justo después de que alguien me capturase al vuelo tras rebotar contra tres de las cuatro paredes del paritorio o lo que ya parecía la boca del metro en hora punta. Así que no tuve más que llorar después del cachete que me gane en el culo. Y así es como nací hace ya la friolera de taitantos años.
Espero que os hayáis reído un rato, es mi forma de daros las gracias por tanta felicitación.