Cinco de enero de
un año que ya ni me acuerdo. Esto que voy a relatar paso también en un día como
hoy. Un cinco de Enero, fecha tan especial para cada uno de nosotros cuando
somos niños. Y es el día en que Pedro vio a los Reyes Magos... pero dejemos que
sea él mismo quién nos lo cuente. - Pedro... el público está esperando. Sí, ya
sé que te da vergüenza, pero venga que ya verás cómo no pasa nada.
- Ho...hola. Me llamo Pedro y ... Y tengo 5
años. Y he visto a los Reyes Masgos... Ya está.
- No. No Pedro... NO te vayas. Haber
cuéntales cómo sucedió todo... y te compró un helado muy grande...
- ¡Un helado!, Sisisisisi... de chocolate con
una gran bola de fresa encima y...
-Ja, ja, ja... si venga eso está hecho… Pero
cuenta ahora a todos nuestros amigos y diles lo que viste...
- Jo!!. Bueeeno había estado toda las
navidades preguntándole a mi mamá que si esta noche venían los Reyes... y ella
me decía Noooo mañana vendrán no te preocupes... venga ahora vete a jugar con
tus coches y déjame preparar la comida... Sabéis mi mamá hace la mejor comida
del mundo. Eso dice mi papá, pero yo no estoy muy convencido. Esas cosas negras
pequeñas... como se llaman... a ya ta lantejas...
-Pedro son lentejas pero deja ya la comida y
continúa.
-Perdón, ji, ji, ji, ... Bueno llegó el día
de Navidad y muchos amiguitos míos me enseñaban lo que un señor gordo y con barba
que saía en la tele con una botella de coca cola, les había traído.. Cuando le
pregunté a mi mamá, que porque a mi ese señor no me había dejado nada, ella me
dijo que a mi me lo traían los Reyes Magos. Y cuando me encontré a mis
amiguitos y les dije que a mi me lo traían todo los Reyes Magos, ellos se
pusieron a reír... me dijeron algo como que los Reyes Magos, eran los padres y
que el señor ese tan sólo les traía juguetes a los niños ricos y buenos y que
cómo yo no lo era, por eso, no me habían
traído nada. Yo estaba muy triste y llorando... Pero yo sabía que no era
cierto. Los Reyes Magos existían... y... y se lo iba a demostrar. Estaba dispuesto
a coger una prueba para decirles que los Reyes Existían. Tenía un Plan para
cogerles. No quería atraparles, tan sólo quería hacerles una foto con la
máquina de papá… Que son de esas que lo hacen todo... pero que nunca me deja
coger...
Y llego el gran
día, el cinco de enero. En casa se respiraba un ambiente especial. Todos cuando
me miraban sonreían... La verdad es que no sé porque...debía ser porque hoy me
había lavado los dientes sólo. Sin que mi mamá me riñese por no hacerlo. Hoy me
tenía que portar bien, porque si no, no me iban a traer todo lo que les habá
pedido a los Reyes... que era poco... sólo tres cosas. Un trabajo para mi papá,
ya que, la gran fábrica en la que era el jefe, un señor del que no hablaba muy
bien papá, se llamaba... hacienda, le había quitado todo. Para mamá un juego de
pinceles nuevo, proque el suyo estaba muy roto... Y esta noche, me lo iban a
traer todo... bueno, si me portaba bien.
Yo estaba loco de
alegría... hoy era la gran noche, esta noche iban a venir y por fin podría
darles con la foto en las narices a mis amiguitos. Bueno... había algunos
inconvenientes, tenia que coger la máquina de fotos de mi papá sin que él se
diese cuenta... y era muy difícil, ya que, siempre se daba cuenta de todo. Me
costó un poco pero en un descuido se la cogí y la escondí en mi cubo de
juguites de montar... sabéis la cámara que tiene mi papá es la mejor del
mundo. Y me hace mucha gracia, es como
una pequeña cajita y cuando aprietas una planquita sale un tubo hacia
alante...siempre me hacía gracia como salía el tubo... y luego mirabas por un
agujerito y hala... pulsabas el botón. Había que cerrar un ojo porque si no la foto
no se hacia... eso decía mi papá... En fin, yo esperaba que no se diese cuenta
de que se la había quitado... ahora tan sólo tenía que esperar a la noche para
hacerles la foto.
Y por fin llego la
tan deseada noche. Yo estaba nerviosismo. Tenía ganas de que llegasen ya lor
Reyes. Entrasen por la ventana de mi casa y me dejasen los regalos. Crompobé
una vez más todo, que se reducía a mi linterna de Mickey Mouse y la cámara de
fotos de mi papá. Los minutos me parecían horas. Los segundos minutos. Mi nerviosismo
iba creciendo a lo largo que pasaba la noche. Cuando oí a mis padres que se
iban a la cama,., me preparé para pasar toda la noche en el salón. Tenía que
ver cuando llegaban los Reyes. Tenía que verlos, no podía quedarme dormido.
Con mucho cuidado
fui hacia el salón y me escondí en el hueco que hacían los dos sofás. Ese era
mi escondite favorito, ya que, nadie me podía ver allí. La verdad es que desde
la última vez que estuve escondido me parecía que el hueco había empequeñecido
algo, entraba algo más justo. Pasaron las horas y yo estaba que no podía más.
Me pesaban los párpados y no conseguía que mis ojos me obedeciesen. Probé de
todo para mantenerme despierto, y casi cuando me estaba quedando dormido...
Pasó... allí les vi, primero una luz brillante que casi me dejo ciego y
asustado, ya que no sabía qué pasaba. Luego les oí...
-¿Oye Melchor, seguro que es aquí? ¿No te habrás
vuelto a confundir de casa?
-Que si Gaspar, que esta vez no me he
equivocado, la edad juega malas pasadas pero esta vez estoy segurísimo...
míralo... por cierto, mira haber si llega ya Baltasar... Desde que cambio de
camello, siempre se nos queda atrás...
-Ooooh, Vaya que si viene, y como no frene el
camello se la va a dar, que lo veo, que nos despierta a todo el vecindario,
fijo, que esta vez nos cogen.
- ¡Cuidado! Que no tengo frenooossss. Para
bestiaaaa, frena. Frena. Que frenes hijo de dromedario locoooo... Crash!!,
bloom!!!, plafff!!!...
- Ayyyy!!!! Gaspar anda, mira haber que ha
sido esta vez, una farola u otro coche.
-Buufff. Voy Melchor. Pero esta es la última
vez que le dejamos coger ese camello. Tiene que cambiarlo de una vez por todas.
No podemos seguir así. Que llevamos catorce farolas, tres coches y un furgón de
la policía de acá. Anda lo que me costó convencerles que éramos los Reyes
Magos... Buufff... Controles de alcoholemia, drogas, demostrarles que no
estábamos chiflados….
-Hermanos míos, este camello va a acabar
conmigo un día de estos - Baltasar entraba en el salón de la casa de Pedro
poniéndose bien el Dorado Turbante.
- Por cierto hermanos ¿no oléis a niño
despierto?... yo creo que en esta casa, no están todos dormidos...
-Nada, Nada!!! Imaginaciones tuyas Baltasar.
Oh bueno teniendo en cuenta este resfriado chiiiico que tengo, mi nariz no está
muy bien que digamos. ¿Tú qué opinas Melchor?
-Uumm... Yo diría más que eso, me siento
observado… No sé ... Haber no hay cámaras ocultas ni nada de eso... A lo mejor
tiene razón nuestro hermano. Y hay alguien que no debería estar aquí... ¿a que
si Pedro?
Glups!... me habían descubierto, pero cómo
podían saberlo. No me había reído de la cómica entrada de Baltasar. Y había
permanecido quieto y sin hacer nada de ruido. Estaba muy asustado, no sabía qué
hacer... Así que le eché mucho morro y salí...
-Ejemmm. Digan patata...
-Patataaa....- lo dijeron todos a la vez-...
y disparé la cámara.
-Aaaah!.. pero bueno, esto es el colmo.. Y
ahora cómo vamos a quitarle la cámara, no podemos hacer eso... Y nos hemos
dejado fotografiar... - Melchor con cara de preocupación miraba a sus
compañeros de viaje.
- Bueno, seguro que Pedro no le enseñará a
nadie la foto… ¿verdad Pedro?
-Uumm... no sé... ¿Qué me dais a cambio?
-Esto es el colmo y encima nos chantajea.-
Baltasar se encaminaba hacia Pedro con intención de quitarle la cámara...
-¡¡¡No!!! Esta cámara es mía y no me la
quitarás... si me tocas me pongo a chillar y ya verás...
-Bueno, bueno. Mantengamos la calma todos por
favor. ¿Si te traemos todo lo que nos pediste en la lista prometes nunca hablar
de esto? Bueno, al menos en una buena temporada.
-¡Vale! Pero el año que viene me tenéis que
dejar volver a hablar con vosotros...
-Uummm, ya veremos, si te portas bien, tal
vez, ahora confía en mí y descansa que estas muy, muy cansado.
Lo último que recuerdo son unas palabras de
Melchor, que decían: “Siempre que quieras y tu corazón lo pida nos verás el día
de Reyes, es una promesa de Rey Mago”.
Y
me desperté en el salón de casa. Al principio dudé de lo que había visto pero
luego y después de la cara de sorpresa que pusieron mis papás al entrar en el
salón y ver todos los regalos que había pedido en mi lista, me di cuenta de que
si. Había estado hablando con los Reyes Magos. Mi papá y mi mamá se miraron el
uno al otro y se dijeron - Yo no he sido, ¿Has sido tú? Y sin acabar de
creérselo todavía se pusieron a reír, a carcajada limpia. Me miraron los dos a
la vez y me preguntaron. - Bueno, me da la sensación que los Reyes este año se
han portado muy bien. No sé si habrás tenido algo que ver, pero que no se
repita jovencito. No me sonó a riña, ya que mi papá estaba riéndose, porque
todavía no se creía lo que sus ojos estaban viendo. Yo, por supuesto, que si
sabía lo que pasaba pero no les quise decir nada a mis papas, hasta que pasar
un tiempo ( se lo había prometido a los Reyes Magos); bueno, hasta que a mi
papá le dio por hacer las fotos de la cámara. Y se encontró que la primera foto
era la de los Reyes Magos diciendo patata. Y entonces les conté todo. Y aquí
estoy contándoles a todos los niños que me quieran escuchar. Y enseñarles la
foto, de aquel fantástico día... Y bueno, ahora me tienes que invitar a un
Heladooooo!!!!.....
-Si Pedro, te lo has ganado porque lo has
hecho muy bien. Bueno niños, ya veis como Pedro ha visto a los Reyes Magos y
aquí esa su foto. Y sabed que si os portáis muy bien, quizás podáis verlos.
Espero que los Reyes Magos os traigan todo lo que habías pedido, así que ya sabéis,
portaros bien, que ya queda muy poco
tiempo.
Bueno divertíos
mucho. Pedro despídete de nuestros nuevos amigos y nos vamos a por ese helado.
- Adióoosssss ¿Ya?
- Ja, ja, ja. ... Si Pedro vayámonos. Hasta
la próxima amiguitos.....
Existen los Reyes Magos by Gabriel Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License.