La noche caía. Y no iba a ser agradable. Durante
todo el Día había estado lloviendo y por la noche no iba a ser menos. Además a
la lluvia estaba acompañada de rayos y truenos. Gracias al maravilloso tiempo que
reinaba en el exterior me había pasado todo el domingo en casa encerrado. Un domingo
sin salir que deprimente. Bueno al menos me quedaba una película por ver y oh!
casualidad era Potelgeirst XV en 3-D. Había visto fielmente cada una de las
distintas partes de la serie y hasta ahora la mejor de todas había sido la
primera. Ya veremos que tal está esta parte que según los críticos rompía los
esquemas de las anteriores
versiones. La verdad es que esta había sido muy taquillera en el cine. Ya veremos si es tan buena como dicen. Preparé mi bol lleno de palomitas de maíz; puse encima de la mesa 2 PocoColas y me puse a ver la película.
versiones. La verdad es que esta había sido muy taquillera en el cine. Ya veremos si es tan buena como dicen. Preparé mi bol lleno de palomitas de maíz; puse encima de la mesa 2 PocoColas y me puse a ver la película.
Las gafas de cartón
especiales para ver la película eran muy incomodas y cada dos por tres se
resbalaban de mi nariz. En honor a la verdad la ambientación no podía haber
sido la mejor para ver la película... tormenta, que cada vez aumentaba más y
más su intensidad, el salón a oscuras y encima solo sin nadie que me molestase.
Hasta ahora la película estaba bien. Parecía que los fantasmas saliesen de la
pantalla para atacarte. Reconozco que en varias ocasiones más por el propio
instinto me aparte de la trayectoria del fantasma. Teniéndome que reprimir en
otras incontables ocasiones de gritar, por el miedo que estaba pasando al ver
la película. Me había metido dentro de tal manera que era como si lo estuviese
viviendo. Me tenía que repetir en muchas
ocasiones que solo era una película.
Iba ya por la mitad
aproximadamente del film cuando comenzaron para mí los problemas. Un rayo cayó
justo en la antena de la televisión que había en la parte externa de la
ventana, pasando los millones de voltios a todo el equipo. Este se ilumino con
una tenue luz azulada que envolvía al video y a la televisión. Corriendo apague
la tele, o bueno esa era al menos mi intención, ya que justo cuando toque el
interruptor me vi trasladado al interior de la película. ¡Sí! Como lo oís me tele
transporté, por llamarlo de alguna manera a la película. Al principio estaba
desorientado ya que no sabía dónde estaba. Poco a poco fui tomando consciencia
de donde me encontraba al reconocer la habitación llena de sangre y restos de
personas degolladas....era la habitación de la película.
Me repetía una y otra vez
que tan solo era una alucinación, pero una alucinación muy real, ya que tenía
delante a un zombi, que insistía en apretarme el cuello y la verdad eso de
dejar de respirar no era una idea que tuviese en mente en ese preciso momento.
Me deshice del zombi de la manera más ridícula. Le atice una patada en los realísimos
cojones que hizo que el zombi se tambalease un pequeño instante que aproveche
para arrancarme del cuello las manos del agresor. En el instante que afloje sus
manos de mi cuello y las tire al suelo, asqueado por la situación... ah perdón
se me olvido comentar que cuando me arranqué las manos del cuello, se las
arranqué literalmente. La carne podrida tiene esa desventaja que se desmenuza
con mucha facilidad.
Todo iba bien por el
momento...Tan solo me había metido no sé cómo en una maldita película en la que
ahora todos los monstruos habidos y por haber se rifaban a suertes quien iba a
ser el que acabase conmigo. No era una sensación muy agradable el saber que tu
cabeza se la estaba rifando. Corrí hacia la puerta de salida de la casa. La
cual para fortuna mía estaba cerrada con el pestillo y la llave. Por una vez en
este tipo de situaciones podía estar abierta... pero no que va... cerrada a cal y canto. Probé como hacían en
las pelis ha echar esta abajo de una patada. Mi acción tuvo dos consecuencias
inmediatas... la primera fue que la puerta ni se inmuto y la segunda y quizás
la pero fue que me hice un daño horroroso en
la pierna. Lo intente de nuevo con el hombre y nada el mismo resultado.
Estaba perdido la verdad, me encontraba desesperado y al borde de la locura. No
sé cómo, ni porque, ni de donde apareció el hacha que tenía en mis manos y con
el cual sin pensármelo dos veces comencé a golpear la puerta, hasta que hice un
agujero suficientemente grande para poder pasar. Mejor era poner pies en
polvorosa antes de que me encontrase a otro monstruo que quisiese pasar un rato
agradable con mi cabeza como balón. Me deslice por el agujero hacia el otro
lado. Ni que decir tiene que no me desprendí del hacha. Como arma en estos
momentos me serviría hasta un palillo de los dientes.
Camine a través de un
pasillo lleno de luces raras hasta lo que parecía una puerta. Me daba igual lo
que se encontrase al otro lado. Después del enfrentamiento con el zombi lo
único que quería era salir de esta pesadilla. Quería volver a estar en mi salón
con mis palomitas y mi soledad y no vagar de un lado a otro ante un caminito
plagado de monstruos que querían jugar al fútbol con mi cabeza.
Atravesé la puerta que
despedía un resplandor cegador. Se aclaró poco a poco todo y descubrí que otra
vez estaba en mi salón. Sofá, tele, cuadros, todo...Pero... me quedé congelado
al ver que delante de mí a un par de zombies que se estaban comiendo unas
palomitas....
-Oye mira que es realista
esta película que parece que la comida sale del televisor y todo – Le dijo uno
de los zombies al otro..
- Arrrrggghhh !!! Ya se me
quito el apetito… - fue lo que le
contesto el otro...
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